martes, 15 de diciembre de 2020

Viaje en tren

 

Carmen de Burgos (Colombine)

“Mis viajes por Europa”, Madrid, Vda. Sánchez Calleja; entre 1910 y 1919

http://bdh-rd.bne.es/viewer.vm?id=0000055153&page=1

El camino presenta continuamente desigualdades: valles profundos, montañas altísimas cuya blancura uniforme rompe, de vez en cuando, un tren que vemos salir de entre la nieve por el agujero de un túnel, y serpentea apareciendo y desapareciendo como si trazase una línea negra al seguir senderos ignorados. Tiene algo de lo fugaz y mágico de esos trenes de juguete que trazan su círculo en un paisaje ideal, cuando se echan diez céntimos en la máquina que pone en juego las manivelas. Si todos los trenes dan cierta ansiedad de viajar en ellos, ningunos como esos trenes de cremallera que asciende agarrándose a la tierra con sus garras potentes, verdaderos monstruos de hierro, nos dan la sensación de ascender, ascender, ascender siempre. Esperamos descubrir desde la altura adónde nos conducen toda la tierra y todo el cielo, como si las esferas partidas para nosotros en extensos planisferios se presentasen ante nuestra vista. Esa atmósfera que se enrarece, esa pesantez que disminuye al subir, nos da idea de que vamos a perder por completo la pesantez y a vivir en la vida de algún otro mundo, allá en la altura.

Y quedan atrás los Alpes berneses y Berna, la gran capital de aspecto aldeano. El día muere dulcemente y no sabemos sí se ha perdido el sol o sí está aún sobre nuestro horizonte oculto en las sombras de las montañas. Pasa una noche entera, una noche extraña, una noche en que la nieve parece que ha guardado la luz y la reverbera. Alumbra la nieve el paisaje como si fuese fosforescente. Se ve la extensión nívea sobre la que se recortan sombras de los helechos puntiagudos, contornos de montañas. Arriba, el cielo lechitierno está opaco y menos luminoso que la nieve; y los lagos, que se abren ante nosotros de vez en cuando como una mancha gris sobre el fondo blanco, parecen agujeros hondos, desgarrones de la nieve.


domingo, 6 de diciembre de 2020

La fiebre de las criptomonedas

La fiebre de las criptomonedas

Rosario G. Gómez

El País, 2-07-2019


https://elpais.com/elpais/2019/07/01/opinion/1561978655_042697.html



Primero se quedó con los datos y ahora quiere el dinero. En una comunidad con 2.700 millones de usuarios, cuya información personal alcanza un valor meteórico, lo que le faltaba a Facebook era una moneda propia. La compañía fundada por Mark Zuckerberg, propietaria de WhatsApp y Messenger, se prepara para lanzar su divisa virtual (libra) el próximo año en una nueva demostración de su inabarcable poderío. Para disipar desconfianzas, se ha apresurado a asegurar que la información financiera la gestionará una empresa distinta y que no compartirá los datos ni la cuenta con terceros sin el consentimiento del cliente.


La reputación de los gigantes tecnológicos, dañada por la fuga de información personal y por los ciberataques, puede ser un factor disuasorio ante esta criptomoneda, cuyas funciones básicas serán transferir dinero entre usuarios y pagar en establecimientos. No deja de ser llamativo que la propuesta de Facebook vaya dirigida a países en vías de desarrollo y que el vídeo de su presentación se haya ilustrado con imágenes de Filipinas y México. Con esta moneda virtual Zuckerberg quiere llegar a esos 1.700 millones de personas de todo el mundo que carecen de una cuenta bancaria. Si según la ONU hay 1.300 millones de pobres, la mitad sobrevive con menos de dos dólares diarios, la cuestión es cómo aspira Facebook a fomentar el ahorro entre la población más desfavorecida. Una considerable parte no tiene cuenta bancaria porque, sencillamente, carece de dinero.


Quienes aplauden la llegada de libra han podido respirar con tranquilidad al saber que su sede legal estará en Suiza, un refugio excepcional para el dinero. A diferencia de otras criptomonedas, cuyo valor se mueve como una montaña rusa, libra aspira a desterrar los fantasmas de la volatilidad y mantener una cierta estabilidad toda vez que estaría referenciada a un paquete de fondos de divisas internacionales, entre ellas el euro y el dólar. Aun así no son pocas las dudas. Los más críticos advierten de que podría utilizarse para financiar actividades delictivas o blanquear dinero. Las autoridades se mantienen alerta. El gobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney, lo ha expuesto gráficamente: hay que observar el fenómeno “con la mente abierta, pero no con la puerta abierta”. Una cosa es que los usuarios cedan gratis sus datos a Facebook y otra que le confíen su dinero.