Ellas llevan razón
David Trueba
El País, 12-03-2021
Me temo que el asesinato de tres mujeres a manos de hombres con los que compartían la vida en las horas posteriores a la reivindicación femenina del ocho de marzo confirma la pertinencia de esta explosión anual de orgullo y rabia en España. De hecho, la expresión compartir la vida ya evidencia algunos de los sutiles carriles de la dominación mental. Uno comparte la vida con todos los seres del planeta, no la comparte con su cónyuge, con quien puede que comparta un proyecto, unas obligaciones, unas responsabilidades y hasta unas emociones, pero no la vida. En los tres crímenes recientes se sigue el patrón del asesinato vil con un intento de suicidio posterior por parte del agresor. Como si quitarse la vida tras arrebatársela a quien no es propiedad tuya te devolviera algo de dignidad. Errores de apreciación psicológica que complican la lucha contra este veneno social. Pero no todos los errores están en el cerebro de los asesinos. Como hemos visto por las disputas dialécticas de estas semanas y el avance del neomachismo en toda Europa, la primera urgencia en una crisis consiste en diagnosticar el mal. El empeño por desgajar la reivindicación de igualdad de la mujer de una dinámica de progreso en las costumbres y las mentalidades avisa sobre las dificultades para seguir avanzando con tino en este asunto.
La palanca política que han encontrado los líderes reaccionarios en el malestar de ciertos hombres ante la potencia de la reivindicación feminista nos ayuda a localizar parte del problema. Cuando caminas hacia adelante existe una fuerza oculta, muchas veces subconsciente, que te obliga a frenar, a dar dos pasos atrás para reconfirmarte en la senda, en la disposición. Estamos en ese paso atrás, es como todo hoy, un paso atrás global. No hay que temerlo, parte de un razonamiento de supervivencia ante el riesgo, pero hay que combatirlo sin ocultarse. La mejor noticia de las manifestaciones en España durante la fiesta del 8-M ha sido la presencia masiva de jóvenes. Cada día son más conscientes de que se están jugando un futuro que les pertenece. Y además lo hacen en el contexto más agresivo de las últimas décadas. Las redes sociales, al contrario de liberar a los individuos, dotan de representación a las voces más viscerales y enfermizas. Y para completar el panorama hay dos ramas del periodismo que se han expandido hasta teñir el resto de secciones con sus peores vicios. (...)
Aquí podéis proponer la macroestructura del texto o redactar el resumen. Prometo corregirlo.
ResponderEliminarMacroestructura, resumen e idea central.
ResponderEliminar1. Los asesinatos machistas justifican la manifestación de ocho de marzo.
2. El lenguaje es machista
3. El machismo está en la esquemas mentales.
4. El diagnóstico es esencial
5. El machismo avanza
6. Los jóvenes reaccionan frente al machismo.
7. Los medios mantienen resabios machistas.
Resumen
El texto habla de la manifestación del ocho de marzo. Primero, dice que los asesinatos justifican la reivindicación. Luego, afirma que el machismo anida en el lenguaje y en los esquemas mentales, y que es imprescindible diagnosticar el mal. Después, sostiene que el machismo avanza en el mundo y que la implicación de los jóvenes por la igualdad es positiva. Al final, señala que las redes y cierta prensa alimentan el machismo.
Idea central (1)
Expresada mediante una oración.
La manifestación de ocho de marzo es necesaria frente el machismo, explícito en asesinatos, o implícito en el lenguaje y en la prensa.
Expresada mediante una frase nominal.
La necesidad de la reivindicación feminista ante el avance del machismo, explícito en asesinatos, o implícito en el lenguaje y en la prensa.