viernes, 25 de febrero de 2011

Historia del Tiempo

Stephen W. Hawking

Para entender cómo se podría formar un agujero negro, tenemos que tener ciertos conocimientos acerca del ciclo vital de las estrellas. Una estrella se forma cuando una gran cantidad de gas, principalmente hidrógeno, comienza a  colapsar sobre sí mismo debido a su atracción gravitatoria. Conforme se contrae, sus átomos comienzan a colisionar entre sí, cada vez con mayor frecuencia y a mayores velocidades: el gas se calienta. Con el tiempo, el gas estará tan caliente que cuando los átomos de hidrógeno choquen ya no saldrán rebotados, sino que se fundirán formando helio. El calor desprendido por la reacción, que es como una explosión controlada de una bomba de hidrógeno, hace que la estrella brille. Este calor adicional también aumenta la presión del gas hasta que ésta es suficiente para equilibrar la atracción gravitatoria, y el gas deja de contraerse. Se parece en cierta medida a un globo. Existe un equilibrio entre la presión del aire de dentro, que trata de hacer que el globo se hinche, y la tensión de la goma, que trata de disminuir el tamaño del globo. Las estrellas permanecerán estables en esta forma por un largo período, con el calor de las reacciones nucleares equilibrando la atracción gravitatoria. Finalmente, sin embargo, la estrella consumirá todo su hidrógeno y los otros combustibles nucleares.

viernes, 18 de febrero de 2011

La imaginación ética

Victoria Camps

“¿Hay que vivir solo para ser libre” La pregunta, que fue uno de los temas propuestos a los bachilleres franceses en los exámenes de junio de 1980, además de incitarnos al lamento por el desigual nivel entre nuestros estudiantes y los del país vecino, tiene la virtud de sugerirnos esa serie de “conexiones” y “diferencias” con las cuales Wittgenstein pretendía evitar que el filósofo se perdiera en la niebla de sus especulaciones. “Libertad”, en efecto, connota, supone e implica “soledad”, en la medida en que se diferencia e incluso se opone a “igualdad”, a “universalidad” o a “uniformidad”. Se sabe libre quien se siente autónomo, independiente; incoaccionado, insumiso, quien se resiste a verse perdido entre las cosas, enajenado en ellas o por ellas, extrañado en y por sus semejantes. Ser libre significa saber y poder responder de uno mismo, esforzarse por mantener una cierta integridad y coherencia. La libertad casa bien con la “diferencia”: con la distancia respecto a lo que iguala e impide un autodesarrollo suficiente y satisfactorio.

viernes, 4 de febrero de 2011

El dictador maniobra

Editorial
04/02/2011
Egipto se desliza rápidamente hacia un escenario cada vez más preocupante de parálisis política y violencia creciente. Los nuevos síntomas son la irrupción de matones gubernamentales en El Cairo contra los manifestantes anti-Mubarak y los periodistas extranjeros y el papel progresivamente policial de un Ejército que pide a los ciudadanos que vuelvan a sus casas, mientras se interpone entre uno y otro bando. Gobierno y oposición emiten en las últimas horas en longitudes de onda tan contrapuestas que invitan a pensar en una estrategia definida del dictador para pilotar la transición en el país árabe, en lugar de abandonar inmediatamente el poder, como le exige la calle.
El nuevo Gobierno, a cuyo frente Hosni Mubarak ha puesto a dos acólitos militares, asume que el presidente sigue. El jefe del Parlamento de partido único aseguraba ayer que los cambios constitucionales prometidos por el rais se materializarán a tiempo de conformar las distantes elecciones de septiembre, ya sin Mubarak. El primer ministro, por su parte, invita a negociar no se sabe qué a una difusa oposición -de la que forma parte la fuerza islamista Hermanos Musulmanes y de la que el ex diplomático El Baradei se ha convertido, por sus conexiones, en portavoz internacional- que rechaza hablar mientras Mubarak siga al timón.
De los dos desenlaces más probables de la mayor crisis del mundo árabe -un relevo instrumentado por un agónico Mubarak o su renuncia en favor de un Gobierno de transición que convoque elecciones y transfiera un poder legitimado por el pueblo-, el primero y más peligroso parece estar abriéndose paso. La posición castrense sigue siendo el pivote decisivo de cualquier vuelco. El Ejército egipcio ha facilitado hasta ahora las protestas, pero se ignora si está dispuesto a llegar a la puerta del palacio presidencial.
Los egipcios han arrancado a la dictadura más en una semana que en 30 años. Y parecen dispuestos a continuar, pese a que cada día en la calle representa una heroicidad, no solo económica. Mubarak puede jugar a esperar y hacer como que hace algún caso, pero es parte de una estrategia de desgaste que no va ser decisivamente forzada por los poderes internacionales, que consideran hechos los deberes poniendo plazo fijo a su reinado. No está claro en todo caso si quienes le padecen desde hace 30 años se puedan permitir un dilatado pulso sin romperse o desfallecer.
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