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lunes, 3 de febrero de 2014

El eclipse

Nos metimos las manos en los bolsillos, sin querer, y la frente sintió el fino aleteo de la sombra fresca, igual que cuando se entra en un pinar espeso. Las gallinas se fueron recogiendo en su escalera amparada, una a una. Alrededor, el campo enlutó su verde, cual si el velo morado del altar mayor lo cobijase. Se vio, blanco, el mar lejano, y algunas estrellas lucieron, pálidas. ¡Cómo iban trocando blancura por blancura las azoteas ! Los que estábamos en ellas nos gritábamos cosas de ingenio mejor o peor, pequeños y oscuros en aquel silencio reducido del eclipse.
Mirábamos el sol con todo: con los gemelos de teatro, con el anteojo de larga vista, con una botella, con un cristal ahumado; y desde todas partes: desde el mirador, desde la escalera del corral, desde la ventana del granero, desde la cancela del patio, por sus cristales granas y azules...
Al ocultarse el sol que, un momento antes, todo lo hacía dos, tres, cien veces más grande y mejor con sus complicaciones de luz y oro, todo, sin la transición larga del crepúsculo, lo dejaba solo y pobre, como si hubiera cambiado onzas primero y luego plata por cobre. Era el pueblo como un perro chico, mohoso y ya sin cambio. ¡ Qué tristes y qué pequeñas las calles, las plazas, las torre, los caminos de los montes !
Platero parecía, allá en el corral, un burro menos verdadero, diferente y recortado; otro burro...
"Platero y yo", 1914.
Juan Ramón Jiménez.
 La lectura de Ana

lunes, 9 de diciembre de 2013

África cierra página

África cierra página
EL PAÍS, 6-12-2013
Editorial.
Hace tiempo que los sudafricanos habían asumido que algún día tendrían que dar el adiós definitivo a Nelson Mandela, a fuerza de contemplar en sus repetidas hospitalizaciones la absoluta fragilidad física y el ensimismamiento del hombre que construyó una nación desde las cenizas del apartheid. Con ese momento, aquel en que Madiba, al borde de los 95 años, ha ganado en paz el descanso final, ha llegado para Sudáfrica la hora crítica de aprender a vivir sin la figura paterna, sin el mentor y referente que Mandela seguía siendo, pese a llevar casi una década alejado de la vida pública, en la modesta casa de su terruño.
No se cambia la suerte de un país y se influye decisivamente en la percepción que todo un continente tiene de sí mismo sin estar hecho de una pasta especial. Los ingredientes más relevantes de la del antiguo guerrillero, que se convirtió en 1994 en el primer presidente negro de Sudáfrica después de pasar casi treinta años en prisión, fueron su magnanimidad y su paciente cultura del compromiso. Actitudes decisivas ambas para evitar el baño de sangre que todos presagiaban y hacer en su lugar un país que ha iluminado al resto del África negra. Un país donde, bajo su liderazgo, la mayoría supo esperar pacientemente el momento de asumir el lugar que le correspondía en la historia.
La Sudáfrica que despide a Mandela, sin embargo, se aleja peligrosamente del ejemplo fundacional. De sus herederos políticos han desaparecido el fulgor y la superioridad moral que acompañaron los años en que Mandela, como primer presidente de todos los sudafricanos, se dedicó a reconciliar sin agravios a una nación radicalmente dividida entre blancos y negros. En su lugar, sucesivos presidentes, dirigentes todos de un partido, el Congreso Nacional Africano (ANC), que comenzó como legendario movimiento de liberación, van camino de convertir a la República Sudafricana en un polvorín de destino incierto. Se trate de la trágica ignorancia de Thabo Mbeki, que permitió la muerte de millones de personas por considerar que el sida venía a ser una invención del colonialismo blanco; o de la probada corrupción y autoritarismo de Jacob Zuma, actual jefe del Estado, que presumiblemente logrará repetir mandato en las elecciones del año próximo.
[...]
Nelson Mandela, aposentado definitivamente en el mito, se ha despedido quedamente, como vivió, tras devolver la dignidad a Sudáfrica. Corresponde al conjunto de sus compatriotas, no solo a sus supuestos herederos doctrinales, mantener su gigantesco legado e impedir el secuestro del sueño que apadrinó.

lunes, 18 de noviembre de 2013

Nuevo reto chino

Editorial
El País, 14-11-2013
http://elpais.com/elpais/2013/11/13/opinion/1384372006_865627.html
Las reuniones plenarias del comité central del Partido Comunista Chino suelen representar hitos a partir de los cuales se imponen reformas económicas o sociales de calado y se calibra el ímpetu de los nuevos dirigentes. La que acaba de concluir en Pekín, a puerta cerrada y rodeada del enfermizo secretismo que tanto aprecia el PCCh, ha servido para consagrar al menos doctrinalmente el futuro “papel decisivo” de las fuerzas del mercado, con reglas abiertas y transparentes, en la trayectoria de la segunda economía del mundo.
El vago comunicado del cónclave, a la espera de una versión detallada, es por el momento un conjunto de principios y promesas que han de llevar a China a “resultados decisivos” allá por 2020, fecha autoimpuesta por los dirigentes comunistas. En esa declaración de intenciones coexisten el impulso al desarrollo del sector privado —que debería liberalizar la propiedad de la tierra y establecer un sistema financiero moderno— y el papel explícitamente destacado que se atribuye al gigantesco ámbito estatal.
Lo que no es nada ambiguo tras la solemne cita es la concentración de autoridad en manos del presidente Xi Jinping, un año después de asumir el liderazgo del partido. Xi, hijo de un revolucionario de primera hora, da muestras de querer gobernar de manera más rotunda que su antecesor, Hu Jintao, y de tener prisa por controlar todas las palancas del poder.
El líder chino emerge del sanedrín comunista con un mandato que deja en sus manos las decisiones que importan. No solo en el terreno económico, donde nombrará un todopoderoso comité para impulsar y fiscalizar la anunciada transformación del gigante asiático en los próximos años. Quizá más significativamente, Xi Jinping va a establecer por primera vez en China un tentacular comité de seguridad del Estado, que en vano han intentado crear dirigentes anteriores y al que sistemáticamente se han opuesto los militares y los más poderosos miembros del Politburó, temerosos de perder su voz en asuntos cruciales.
El nuevo organismo, del que se desconocen los detalles, permitirá al presidente coordinar las políticas exterior y de defensa y los servicios internos de seguridad de China. Un arma inestimable en un país cuya situación interna y relaciones exteriores se han complicado al vertiginoso compás de su envergadura global.

domingo, 20 de octubre de 2013

Diego Corrientes

El primer texto del Curso es siempre algo más breve que de costumbre. Este año he elegido un texto literario en el que predomina la modalidad descriptiva. Espero tu comentario.

Su cuerpo robusto está dotado de esa elegante flexibilidad que tan airosos hace a los campesinos andaluces. Viste rica chupa con hombreras y caireles de seda, cerrada en las bocamangas con botones hechos con ochentines de oro; chaleco medio abierto con cuello en pie, dejando ver la camisa con pañuelo rojo de seda, anudado; faja del mismo color y pantalones ajustados hasta debajo de la rodilla, con ancha franja al lado y botones de muletilla hechos también de ochentines de oro; botín abierto de cuero, con primorosos pespuntes de seda verde y sobre la redecilla de estambre, verde también, airoso castoreño gris de anchas alas, con cordón y moña. El caballo, de descarnada cabeza, larga cola y sutilísimos remos, trae jaeces del más puro gusto andaluz; silla alta, de arzones, con labores arabescas de seda, estribos vaqueros, cabezada de ancho correaje con elegante mosquera de madroños, anchas alforjas sobre la grupa y en el arzón delantero manta de vivos colores sobre la cual se tercia un formidable trabuco.
Hernández Girbal, F. “Bandidos célebres españoles” Ediciones Lira, Madrid, 1968.




  


Leído por Daniel en el aula universitaria de Móstoles

lunes, 14 de octubre de 2013

A lo suyo

Elvira Lindo
El PAÍS 9 octubre 2013
Cada cual tiene sus pesadillas recurrentes. Una que con frecuencia asalta mis sueños es la de encontrarme en un examen, pero no de vuelta a la niñez, sino en este presente, a mis años: estoy sentada en un pupitre ante un papel en blanco y no sé nada. Nada de nada. En ese momento siento una indefensión infantil y una vergüenza adulta. De niño sueñas con acabar la escuela, pero nadie te previene de que la vida laboral es un examen continuo. NADA más lógico que la ansiedad diaria se traduzca en el sueño como una prueba para la que no estás preparado.
No sé cómo habrán elegido a los adultos que ha examinado la OCDE para determinar el nivel de preparación de la población española de 15 a 65 años. Para algunos los resultados son desastrosos; para otros, nada sorprendentes, ya que definen el país que tenemos. A mí me ha hecho gracia (si es que algo de este asunto tiene gracia) que los jóvenes están a menor distancia de los jóvenes europeos que lo están los maduritos. Por mirarlo desde un punto de vista positivo, hubiera sido peor al contrario.
Lo que desconsuela de este suspenso o aprobado por los pelos con que se ha calificado a una muestra de la población española que en teoría define al conjunto del país es la reacción cutre, y al mismo tiempo previsible, de los dos grandes partidos. Por un lado, el PP, como suele, carga todas las razones del desastre actual sobre los hombros de los socialistas y arremete contra la LOGSE. Como si la LOGSE los librara a ellos, de momento, de aquello en lo que está consistiendo su contradictorio modelo educativo: una búsqueda de la célebre excelencia esquilmando los recursos a la escuela pública. Y por otro lado, el PSOE, que para defender la que fuera su ley de educación aún apela a un pasado más lejano: a Franco, nada más y nada menos.
Ellos a lo suyo, siempre a lo suyo.
@el_pais: A lo suyo: http://elpais.com/elpais/2013/10/08/opinion/1381255824_889132.html

miércoles, 16 de mayo de 2012

La palabra


Emilio Lledó, “El Epicureísmo”, Ed. Taurus, 2003, Madrid.
La palabra es efectivamente el vínculo formal que atenaza o aproxima a los hombres; pero también es la manifestación de ese microcosmos fabricado en los recovecos de su intimidad. Al hablar con otros, dejamos irradiar verdaderamente lo que somos o, mejor, lo que hemos llegado a ser. La monotonía de los cuerpos, la repetida forma que ciñe  nuestra naturaleza y que habla, sobre todo, de la homogeneidad de los hombres, de su semejanza esencial, de su casi idéntica estructura, explota y se amplía en la multiforme variedad de lo que hablamos, en las distintas manifestaciones de ese diverso mundo que llevamos dentro, que arrastramos con nosotros mismos y que es lo que verdaderamente nos constituye, lo que nos hace, lo que nos sustenta. Esa lengua real, ese pequeño trozo húmedo de nuestro cuerpo, similar al de todos los hombres, articula un aire fonético, modula en nuestro entorno unos sonidos, que no sólo se aproximan a lo que pensamos, a lo que sentimos, sino que también dicen lo que somos.

miércoles, 9 de mayo de 2012

La imaginación ética

Victoria Camps

“¿Hay que vivir solo para ser libre” La pregunta, que fue uno de los temas propuestos a los bachilleres franceses en los exámenes de junio de 1980, además de incitarnos al lamento por el desigual nivel entre nuestros estudiantes y los del país vecino, tiene la virtud de sugerirnos esa serie de “conexiones” y “diferencias” con las cuales Wittgenstein pretendía evitar que el filósofo se perdiera en la niebla de sus especulaciones. “Libertad”, en efecto, connota, supone e implica “soledad”, en la medida en que se diferencia e incluso se opone a “igualdad”, a “universalidad” o a “uniformidad”. Se sabe libre quien se siente autónomo, independiente; incoaccionado, insumiso, quien se resiste a verse perdido entre las cosas, enajenado en ellas o por ellas, extrañado en y por sus semejantes. Ser libre significa saber y poder responder de uno mismo, esforzarse por mantener una cierta integridad y coherencia. La libertad casa bien con la “diferencia”: con la distancia respecto a lo que iguala e impide un autodesarrollo suficiente y satisfactorio. 

miércoles, 2 de mayo de 2012

Primero de Mayo político


Editorial
La Razón 02-05-2012
Los actos de conmemoración del Primero de Mayo no han tenido ni el mínimo éxito que podían augurar la explosiva mezcla del paro, la dureza de la crisis y la llamada a tomar las calles efectuada desde el PSOE de Rubalcaba e IU. Las cifras facilitadas por las Fuerzas de Seguridad son el reflejo de un fracaso, de un escaso poder de convocatoria que contrasta  con el  descarado optimismo de los organizadores de las marchas.  Sin embargo hubo ayer otra imagen que retrata mejor las causas del fracaso del sindicalismo en esta crisis: la de los dirigentes socialistas detrás de las pancartas reivindicativas sólo meses después de ser barridos de las urnas por haber hundido a España en un agujero económico sin precedentes en la democracia. El hecho de que Valeriano Gómez, ministro de Trabajo socialista, que dejó su Ministerio con cinco millones de parados, figure sin problema alguno entre quienes gritan ahora contra el Gobierno del PP en demanda de medidas contra el paro revela que en la labor de los sindicatos llamados de clase, de UGT y CC OO,  ha tenido mayor importancia su labor de correa de transmisión de los partidos de  izquierda, que su papel como defensores de los derechos de los trabajadores y de lucha contra el paro. La radicalidad de los mensajes de los dirigentes sindicales no estuvo presente en ninguno de los anteriores Primeros de Mayo, en los que las listas del paro crecían por cientos de miles ante la ausencia de medidas correctoras eficaces o por la simple ineptitud de los sucesivos Ejecutivos socialistas. Quizá el fracaso sindical obedezca también a que los ciudadanos no han olvidado todavía, pese a la estrategia del ruido y la algarada, que tampoco UGT y CC OO  promovieron grandes protestas ni una huelga general cuando el propio Gómez dirigía el Ministerio que introdujo una errónea reforma laboral, la cual, al final, sólo sirvió para facilitar despidos más baratos, pero mantenía intactos los privilegios de los sindicatos. Ni Méndez ni Toxo  quisieron en su momento levantar la bandera en defensa de los parados y ahora tampoco son capaces de aportar soluciones. Tuvieron la ocasión de consensuar con la patronal una reforma, pero fueron incapaces de ceder en sus privilegios en la creencia de que el Gobierno no se atrevería a gobernar.  La defensa de los derechos de los trabajadores, legítimamente expresada por muchos de los ciudadanos que se manifestaban ayer pacíficamente,  no puede quedar reducida en modo alguno a lo que hoy  sonCC OO y UGT y a su amenaza de mantenerse en la calle y promover huelgas generales hasta hacer doblar la rodilla al equipo de Rajoy. Hasta forzar a un Ejecutivo recién elegido por la mayoría absoluta de los ciudadanos a renunciar a la única política que, visto el fracaso de la izquierda, puede recuperar la solidez económica de España y la capacidad de volver a generar puestos de trabajo.

miércoles, 18 de abril de 2012

Otro país

Elvira Lindo
El País 18-04-2012

El país ha cambiado. No por la crisis, cambió hace bastantes años, hasta el punto de que resultaba una inaudita anacronía leer, en aquel libro de Pilar Urbano, que doña Sofía sostenía que un Rey muere en la cama, que jamás se jubila. Era sin duda una afirmación de más calado que aquella en la que mostraba su disgusto hacia las carrozas gays, pero ya se sabe que en este extraño presente que nos ha tocado en suerte lo que concierne al común de los mortales es secundario. Un Rey muere en la cama. A mí se me vino a la cabeza Aurora Bautista cuando poseída por su papel de Juana la Loca decía aquello de “El Rey no ha muerto, el Rey está dormido”.
El país ha cambiado. Tanto como para que sus visibles cabeceos después de afirmar que el paro juvenil le quita el sueño sean motivo de cachondeo (ahí cabría una intervención de Aurora Bautista). Tanto como para que chirríe el hecho de que responda de mala manera a su mujer en público, o a los periodistas cuando le preguntan por su salud. Esas salidas de tono, que fueron calificadas antaño como campechanía, hoy no son más que signos de extrema irritabilidad. Algo que se hizo patente en el célebre “¿Por qué no te callas?”, que tanto se celebró y que personalmente no comprendí en quien actúa como un diplomático de más alto nivel.
El país ha cambiado tanto como para exigir algo de coherencia moral a quien predica, pero no con el ejemplo. Me refiero, por supuesto, a hacer compatible la defensa de una esposa que esté a la altura del rango con la deslealtad permanente al matrimonio. Al país le han crecido los molestos amantes de los animales, los jóvenes sin futuro que exigen transparencia, los ciudadanos que no entienden que una familia se pueda regir por leyes diferentes al resto.
Han crecido por miles aquellos que se preguntan, ¿y quién ha dicho que un Rey lo es hasta la muerte?

sábado, 10 de marzo de 2012

El paseo de la Puerta Oriental

L. F. Moratín, "Viaje a Italia" Cap. II Milán

Fuera de la que llaman Puerta Oriental hay un gran paseo, a donde concurre diariamente multitud de coches y gente de a pie; se parece bastante al pedazo del camino que hay desde la Puerta de San Vicente a la Fuente del Abanico. Está en alto, como aquél; tiene dos calles de árboles a los lados, y será de aquella longitud, con poca diferencia; pero es mucho más ancho y sin cuesta; inmediato a él está el Jardín Público, bastante grande, con plantío de castaños, paredes de olmo, que forman varias calles y plazuelas, y grandes pedazos de céspedes; linda con el Jardín del Conde Dugnani, que para que el público gozase de más hermosas vistas, hizo abatir las cercas, dividiéndole del Jardín público por medio de un foso. Junto al mismo Jardín está el nuevo Palacio del General Belgiojoso, que fue ministro del Archiduque gobernador de Flandes. Es obra de muy buen gusto: orden jónico, pilastras y columnas en la fachada principal, estatuas sobre la balaustrada que corona el edificio, y bajorrelieves entre las ventanas del piso principal y segundo. Hay además, en el mismo jardín, una gran casa, donde se refresca, se come, se baila y se juega; antiguamente era un convento. Los coches que vi en el paseo eran exactamente como los que se ven en el Prado de Madrid, ni mejores ni peores; pero aquí hay más lujo en materia de criados, no hay señorcillo que no lleve su par de lacayos, y otro par de volantes delante del coche, y alguna vez vi tres, con sus gorretas de volatín, sus vestidos blancos, y sus hachones de pez por la noche; y ve aquí cinco o seis haraganes empleados en arrastrar a un podrido. Éste es el uso que se hace de los hombres, como si el género humano abundase en demasía, como si no hubiera provincias desiertas, como si no faltasen manos al arado, al remo y al buril.

viernes, 2 de marzo de 2012

Una costumbre española

Fernando Trías de Bes

El hábito de dormir después de comer de los españoles y la palabra que lo define -siesta, o más en concreto spanish siesta - fue uno de los términos más conocidos por los foráneos que visitaban nuestro país algunos años atrás. Hoy, España se ha convertido en un país que ha adoptado actitudes y hábitos de anglosajones, franceses y americanos en multitud de facetas de la vida y el trabajo, y con ello se ha perdido un hábito que nos era consustancial: el de la siesta. (. .. )

La siesta, como lo bueno: si breve, dos veces buena. ¿Es beneficioso haber abandonado la siesta laboral? ¡No! Se ha comprobado empíricamente que la siesta tiene efectos beneficiosos sobre la productividad. En un estudio realizado en países industrializados se determinó que el 92% de los trabajadores que echaban una siesta mejoraban su productividad. La NASA ha certificado que 40 minutos de siesta incrementa el rendimiento de un individuo en un 34%. En Harvard, un estudio de las mismas características arrojó resultados similares. En Norteamérica han denominado a la siesta power nap, y habilitan unos espacios llamados nap lounge. Nuevo vocabulario para evitar ser tachados de vagos sin renunciar al necesario descanso del mediodía, capaz de aumentar el rendimiento laboral o de los estudios.

( ... ) Dormir al mediodía no está directamente relacionado con el clima de los países mediterráneos o con la digestión, como se ha sostenido durante mucho tiempo. ( ... ) La digestión produce sueño, lo que pasa es que coincide con el momento del día en que nuestro sistema nervioso más precisa de un descanso. Esta necesidad se hace más apremiante hoy, pues el ritmo de vida y la presión por los resultados se ha acentuado en la sociedad moderna, con lo que al sistema nervioso se le somete a una gran tensión. Así pues, debemos quitamos complejos de encima y recuperar la siesta. Las cosas irían mejor; el estrés, los errores en el trabajo y los accidentes laborales se reducirían. A los españoles nos faltan horas de sueño, y la productividad no supone renunciar a lo saludable. El deseo de recuperar la siesta está muy extendido, pero está mal visto reconocerlo.

viernes, 3 de febrero de 2012

San Valentín

Rosa Montero

Estoy escribiendo este artículo el 14 de febrero. Es decir, el maldito Día de los Enamorados. De todos los días falsos y arbitrarios inventados por los comerciantes para ordeñar nuestros bolsillos, éste es el que más me irrita, el que me parece no sólo más ñoño, sino también más mentiroso. Con el agravante de redundar en la falsedad, porque el amor pasión, que es lo que normalmente se entiende por amor, ya es de entrada una mentira, una sustancia imaginaria, un espejismo.  Ahora bien, la pasión es un espejismo sustancial, una ficción de altura, a menudo la mejor fantasía que puede llegar a inventar una persona en toda su vida; mientras que la supuesta festividad de los Enamorados es una majadería dulzarrona, un paripé vacío, con toda su pringosa parafernalia de corazones en todos los tamaños y materiales, corazones de plástico y de chocolate y de cristal, corazones impresos en manteles y tangas, un frenesí de corazoncitos rojos que se parecen tanto a los musculosos corazones verdaderos como el amor real a los enamorados de San Valentín. O sea, nada.
Para peor, tengo la inquietante sensación de que este año el 14 de febrero se ha festejado más que nunca; que han aparecido más reportajes en los periódicos, más referencias en todos los medios. Puede que sea porque la vida está bastante chunga, porque la crisis arrecia y una desazonada melancolía nos va mordisqueando los tobillos; de modo que, para compensar tanta negrura, la gente quizá se haya lanzado a celebrar esta tontura de los amores de plástico de la misma manera que uno se zampa un dulce cuando se siente triste.
Lo malo es que este dulce es tan artificial que te intoxica. Bastante confundidos andamos ya con el amor como para que encima estas cursilerías nos sigan llenando la cabeza de pájaros. La idea del amor romántico, que, en su versión masiva, nació en el siglo XIX, nos ha hecho a los humanos un daño fenomenal. Sobre todo a las mujeres, que por lo general seguimos proyectando sobre los hombres monumentales quimeras. Un cómico francés llamado Arthur dijo en uno de sus espectáculos una frase que me parece genial: “El problema es que las mujeres se casan pensando que ellos van a cambiar y los hombres se casan pensando que ellas no van a cambiar”. Tiene razón: la inmensa mayoría de las mujeres estamos empeñadas en cambiar al otro para que se adapte al sueño rutilante que tenemos de él. De hecho, ni siquiera somos conscientes de que queremos cambiarlo; pesamos que en realidad nuestro amado es así como nosotras lo soñamos, sólo que anda un poco perdido, un  poco herido, un poco aturrullado; y que nosotras conseguiremos salvarlo de sí mismo, es decir, de la parte mala de sí mismo, para que emerja en todo su esplendor el príncipe azul.

lunes, 17 de octubre de 2011

El hombre de al lado

Sinopsis
Una simple pared puede dividir dos mundos, dos maneras de vestir, de comer, de vivir. De un lado Leonardo, fino y prestigioso diseñador que vive en una casa realizada por Le Corbusier.  Del otro Victor, vendedor de autos usados, vulgar, rústico y avasallador. Victor decide hacer una ventana para tener más luz, y ahí empieza el problema: cada uno toma conciencia de la existencia del otro. La mirada del extraño corroe y pone en entredicho una vida aparentemente normal, y abre la puerta a los miedos, a las miradas y a las actitudes más viles. 

miércoles, 25 de mayo de 2011

El hambre

Juan José Millás, El País

A veces imagino un pulmón que fuera la suma de todos los pulmones, un corazón que fuera la suma de todos los corazones, un hígado que fuera la suma de todos los hígados, un hombre que fuera la suma de todos los hombres y una mujer que fuera la suma de todas las mujeres. Sólo habría en el mundo un hombre y una mujer, pero tendrían un tamaño enorme. Y habría un solo perro, pero un perro gigantesco también, pues provendría de la adición de todos los perros. y un solo gato, desde luego, y un solo gorrión, pero estamos hablando de un gorrión con un tamaño colosal, imagínenselo. En buena lógica, habría también una sola bacteria, un único virus, una sola rosa, sólo un clavel, una espina nada más, una lágrima...

Ahora mismo, al tiempo que usted respira, están respirando miles de millones de seres humanos en todo el mundo. Muchos toman y arrojan el aire en el mismo momento en el que lo toma y lo arroja usted. Los pulmones de unos y de otros son básicamente idénticos, quizá, en alguna medida difícil de entender, aunque fácil de intuir, sean el mismo. La idea de que todos respiramos con el mismo pulmón es a la vez estimulante e inquietante, como la de que hubiera un solo estómago para el conjunto de la humanidad. ¿Cómo nos las arreglaríamos en este caso? No es tan difícil de imaginar. Las abejas, sin ir más lejos, disponen de un estómago social, además del propio, en el que guardan la miel comunitaria. Supongamos que tuviéramos que compartir el intestino grueso, el bazo, el páncreas, los riñones, el útero, los ojos,  la lengua...
Supongamos que tuviéramos que compartir la Tierra, que tuviéramos que compartir la atmósfera. Imaginemos que hubiera una sola biosfera para todos. De hecho, hay una sola Tierra, una sola atmósfera, una sola biosfera, lo que es tan espectacular como disponer de un solo estómago, de un solo corazón, de una sola lengua, de un ojo único, un abdomen indiferenciado. Parece terrorífico, sí, pero resulta fantástico también que todos los cuerpos sean el mismo cuerpo, que todos los seres humanos seamos el mismo ser humano. Ahora tendríamos que deducir que el hambre de aquéllos es la nuestra, pero la imaginación no nos da para tanto.

martes, 3 de mayo de 2011

Un mundo sin Bin Laden

Un mundo sin Bin Laden,
03/05/2011
La eliminación de Osama Bin Laden en su refugio paquistaní por comandos estadounidenses, con orden de detener o matar al cerebro del 11-S, es una gran victoria simbólica para EE UU -que buscaba desde hace más de 10 años a su enemigo público número uno- y para el conjunto del mundo civilizado. Pero no debería significar ningún giro sustancial en la lucha contra Al Qaeda y el terrorismo islamista internacional. Numerosos países están en alerta ante la fundada expectativa de que los fanáticos intenten vengar con alguna acción espectacular e inmediata la muerte de su santón, desde hace tiempo más una figura de referencia para los dinamiteros de la causa que un jefe efectivo capaz de decidir y controlar atentados.
La aniquilación del architerrorista cuyo nombre ha planeado sobre Occidente como sinónimo de apocalipsis representa una gran bocanada de aire para Barack Obama, en tiempos de creciente incertidumbre doméstica e internacional. El presidente ha tenido cuidado en subrayar que la misión era algo cuidadosamente planeado, y supervisado personalmente por él, desde que en agosto pasado se tuvieron certezas suficientes hasta la luz verde definitiva del viernes. Obama, que solemnizó su anuncio informando previamente a George W. Bush, se ha sacudido de un golpe las acusaciones republicanas de pusilanimidad y ha ganado enteros dentro y fuera. El júbilo popular que ha sacado a la calle de noche a miles de americanos ensancha su menguado crédito y apuntala futuras decisiones.
Una tarea como el exterminio de Bin Laden, ejecutada en menos de una hora pero preparada durante años, esconde siempre multitud de claroscuros. Pero su elemento clave, y el de mayores implicaciones, es el papel jugado por el Gobierno paquistaní. Pakistán, aliado nominal de Washington contra el terrorismo, país clave en la guerra de Afganistán y receptor de miles de millones en ayuda militar, ha sido epicentro de la batalla contra Al Qaeda y la yihad global. Islamabad siempre ha negado, contra toda evidencia, vínculos con el fundamentalismo violento y ha pretendido ignorar el paradero de Bin Laden o situarlo oculto en remotas montañas de la frontera con Afganistán. El descubrimiento de que ese inexpugnable escondite era la comodidad de una gran casa fortificada, en un lugar de vacaciones junto a la capital paquistaní, que alberga una academia militar, suscita preguntas obvias que conducen a respuestas obvias en una nación controlada por sus servicios secretos. La operación para matar a Bin Laden, de la que Islamabad fue informado a posteriori, puede sellar un enfriamiento irreversible de las ya precarias relaciones entre los dos países.
Si la muerte de Bin Laden es un enorme revés psicológico para Al Qaeda, ningún Gobierno realista rebajará por ello un ápice su lucha contra el terrorismo islamista. Al Qaeda, cuyo núcleo duro ha sido diezmado por los misiles estadounidenses en suelo paquistaní, no es hoy la red jerarquizada y centralizada que precedió a las masacres del 11-S, sino una franquicia cada vez más autónoma y local. La multiplicidad de atentados en los últimos años en lugares muy dispares ha puesto de relieve que la criatura de Bin Laden se ha transformado en un fragmentario y difuso fervor asesino capaz de golpear con medios relativamente escasos en escenarios diferentes.
Más relevante que la desaparición del profeta de la yihad es el hecho de que su discurso ideológico pierde peso a todas luces en el mundo musulmán. Ni Bin Laden ni Al Qaeda han jugado ningún papel en las revueltas populares triunfantes o en marcha en muchos países árabes. La narrativa islamista ha sido marginada en el despertar de unos pueblos que luchan y mueren ahora por anhelos como la dignidad, la libertad y la democracia, anatemas todos ellos para Bin Laden y sus secuaces.
© EDICIONES EL PAÍS S.L. - Miguel Yuste 40 - 28037 Madrid [España] - Tel. 91 337 8200

viernes, 25 de marzo de 2011

La sonrisa de Tiger

ABC. Gente 25/03/2011
LOS ÁNGELES

Tiger Woods, el golfista más famoso del mundo, ya tiene con quien compartir algo más que amistad. Tras el tormentoso divorcio con su esposa después de una serie de infidelidades por parte de él, el aclamado deportista ha encontrado un nuevo amor. Se trata de una joven de 22 años a la que, según parece, conoce desde hace bastante tiempo.
La afortunada responde al nombre de Alyse Lahti Johnson, una mujer a la que Tiger Woods conoce desde hace ya varios años. Según ha publicado la revista Us Weekly, el padrastro de la joven vive puerta con puerta con el deportista en Windermere, Florida, además de trabajar como ejecutivo en su empresa de administración.
Al parecer, Johnson solía "hacer dibujos de buena suerte para Tiger antes de cada torneo" cuando todavía era una niña. "Tienen fotos en su casa familiar con Tiger, pero Alyse nunca confesó estar interesada en él", explica la publicación.
Además, la revista insiste en que la pareja ha retomado su relación, antes de amistad ahora de algo más, gracias al padrastro de Johnson: "Empezaron a salir alrededor de Año Nuevo tras coincidir en una de las reuniones del padre de Alyse".
Parece que la vida vuelve a sonreír a Tiger Woods después de atravesar los peores momentos de su vida desde que se divorciara de su mujer Elin Nordegren por una serie de infidelidades que, al saltar a los medios de comunicación, terminaron por arruinar tanto su vida personal como la profesional. Ahora el golfista empieza a levantar cabeza.