Edouard Glissant
Planeta 2002
Los avances técnicos, impulsados por las naciones industriales, que aseguran sus privilegios en el mundo, precipitan y ralentizan al mismo tiempo la diversidad del todo-mundo. Internet, por ejemplo, y las demás “autopistas de la información” cristalizan una multirrelación que abre la diversidad al infinito. Pero los avances operados en este terreno, conducen asimismo a una especie de no realidad, como por ejemplo la de la “realidad virtual” en el ámbito de la informática. Se trata tal vez de una vía de escape ante la angustiosa complejidad del todo-mundo. Con independencia de su valor, el “mundo virtual” no resulta más operativo, respecto del imaginario humano, de lo que podría ser un esperanto universal en la esfera de la lengua y la expresión.