domingo, 20 de octubre de 2013

Diego Corrientes

El primer texto del Curso es siempre algo más breve que de costumbre. Este año he elegido un texto literario en el que predomina la modalidad descriptiva. Espero tu comentario.

Su cuerpo robusto está dotado de esa elegante flexibilidad que tan airosos hace a los campesinos andaluces. Viste rica chupa con hombreras y caireles de seda, cerrada en las bocamangas con botones hechos con ochentines de oro; chaleco medio abierto con cuello en pie, dejando ver la camisa con pañuelo rojo de seda, anudado; faja del mismo color y pantalones ajustados hasta debajo de la rodilla, con ancha franja al lado y botones de muletilla hechos también de ochentines de oro; botín abierto de cuero, con primorosos pespuntes de seda verde y sobre la redecilla de estambre, verde también, airoso castoreño gris de anchas alas, con cordón y moña. El caballo, de descarnada cabeza, larga cola y sutilísimos remos, trae jaeces del más puro gusto andaluz; silla alta, de arzones, con labores arabescas de seda, estribos vaqueros, cabezada de ancho correaje con elegante mosquera de madroños, anchas alforjas sobre la grupa y en el arzón delantero manta de vivos colores sobre la cual se tercia un formidable trabuco.
Hernández Girbal, F. “Bandidos célebres españoles” Ediciones Lira, Madrid, 1968.




  


Leído por Daniel en el aula universitaria de Móstoles

lunes, 14 de octubre de 2013

A lo suyo

Elvira Lindo
El PAÍS 9 octubre 2013
Cada cual tiene sus pesadillas recurrentes. Una que con frecuencia asalta mis sueños es la de encontrarme en un examen, pero no de vuelta a la niñez, sino en este presente, a mis años: estoy sentada en un pupitre ante un papel en blanco y no sé nada. Nada de nada. En ese momento siento una indefensión infantil y una vergüenza adulta. De niño sueñas con acabar la escuela, pero nadie te previene de que la vida laboral es un examen continuo. NADA más lógico que la ansiedad diaria se traduzca en el sueño como una prueba para la que no estás preparado.
No sé cómo habrán elegido a los adultos que ha examinado la OCDE para determinar el nivel de preparación de la población española de 15 a 65 años. Para algunos los resultados son desastrosos; para otros, nada sorprendentes, ya que definen el país que tenemos. A mí me ha hecho gracia (si es que algo de este asunto tiene gracia) que los jóvenes están a menor distancia de los jóvenes europeos que lo están los maduritos. Por mirarlo desde un punto de vista positivo, hubiera sido peor al contrario.
Lo que desconsuela de este suspenso o aprobado por los pelos con que se ha calificado a una muestra de la población española que en teoría define al conjunto del país es la reacción cutre, y al mismo tiempo previsible, de los dos grandes partidos. Por un lado, el PP, como suele, carga todas las razones del desastre actual sobre los hombros de los socialistas y arremete contra la LOGSE. Como si la LOGSE los librara a ellos, de momento, de aquello en lo que está consistiendo su contradictorio modelo educativo: una búsqueda de la célebre excelencia esquilmando los recursos a la escuela pública. Y por otro lado, el PSOE, que para defender la que fuera su ley de educación aún apela a un pasado más lejano: a Franco, nada más y nada menos.
Ellos a lo suyo, siempre a lo suyo.
@el_pais: A lo suyo: http://elpais.com/elpais/2013/10/08/opinion/1381255824_889132.html

sábado, 12 de octubre de 2013

Curso 13-14


Quiero darte la bienvenida a Comentario de Texto, una asignatura del Curso de Acceso de la UNED. Comienzo el nuevo Curso con ilusión y con ganas de aprender contigo a comentar un texto. Es una práctica entretenida que activa nuestra capacidad de comprensión y estimula la producción de otros  textos derivados. El procedimiento es sencillo: cada semana propongo un texto para que prepares un resumen y determines el tema. En esta primera etapa, conviene mostrarse como el jardinero que, podadora en mano, elimina todo lo irrelevante y circunstancial, haciendo visible la estructura del tema,  libre de hojarasca. Pero habrá tiempo para los pormenores. Ahora importa que tengas la certeza, si decides comentar una entrada, de que tu comentario será bien acogido y tratado con respeto.  Sólo me resta esperar tu activa participación y desearte un Curso provechoso y bueno. 


martes, 7 de mayo de 2013

Malitos


Rosa Montero
El País, 04-03-2003




El otro día vi un cartelón publicitario de un gabinete psicológico. Estrés, mobbing, insomnio, adiciones, depresión y obesidad, ponían en grandes letras. Cáspita, me dije, pero qué modernos son estos psicólogos, y qué atentos están a los vaivenes del malestar social. Nada de hablar de neurosis, por ejemplo, o de crisis de angustia, que son sufrimientos psíquicos tradicionales. No, señor: ellos se centran en el último grito de los desastres anímicos.
De hecho, esta lista de problemas es una especie de retrato patológico de nuestra realidad. Porque las sociedades también pueden ser explicadas a través del examen de sus enfermedades. Por ejemplo, la obesidad; en el mundo hay más de mil millones de personas con sobrepeso, y 300 millones son obesas; ni que decir tiene, en fin, que una vasta mayoría de ese gentío rollizo se acumula en los países ricos. Pero en el planeta también hay 840 millones de personas críticamente desnutridas; y treinta millones mueren de hambre cada año. En cuanto al mobbing, que es el maltrato en el trabajo, lo sufre entre el 11% y el 16% de la población activa española (lo cual no me extraña: yo misma lo padecí en una ocasión y es angustioso). Pero también es verdad que, para ser víctima del mobbing, tienes que tener un empleo, un derecho básico del que no gozan millones de parias de la Tierra.
El 10% de los españoles padece insomnio; otra tortura, desde luego, pero también de relativo lujo; no creo que la muchacha africana que se recorre cuarenta kilómetros a pie para traer un cántaro de agua tenga problemas para dormir, pero probablemente morirá de sida, como la mitad de los jóvenes de quince años de Zimbabue (ya digo que cada país tiene sus enfermedades). En cuanto al estrés, en realidad es un eufemismo con el que se enmascara la vieja angustia de siempre, adornándola con barniz ejecutivo. Como si uno solo se angustiara por lo muy atareado que está, y no por la ansiedad misma de vivir, por la muerte negra que nos espera, por todo lo oscuro y lo desesperado que alberga la existencia. Aquí estamos, en fin, comiendo hasta enfermarnos, atormentándonos en los insomnios y hablando del estrés para no hablar del miedo. Estamos sin duda muy malitos.


Webconferencia "Desastres anímicos" http://www.intecca.uned.es/portalavip/grabacion.php?ID_Sala=65256&ID_Grabacion=87676&hashData=b1c9c33e534374ffe5dd195676c6d65f&paramsToCheck=SURfR3JhYmFjaW9uLElEX1NhbGEs

martes, 16 de abril de 2013

La especie elegida



A diferencia de la selección artificial que el hombre lentamente efectúa con animales y plantas, potenciando determinadas características para mejorar su productividad, la selección natural no persigue ningún objetivo. Es más, no hay variantes génicas mejores que otras en sentido absoluto, sino que todo depende de las circunstancias del medio ambiente. Lo que es favorable en un momento dado, puede no serlo en otro. Además, por un fenómeno que se conoce como mutación, de cuando en cuando nacen individuos con variantes nuevas, pero de ninguna manera los hábitos o necesidades de los individuos determinan en qué dirección se producirán las mutaciones. No obstante, éstas son una fuente inagotable de novedades sobre las que actúa la selección natural, modificando con el tiempo las especies e impulsando su evolución. Las mutaciones no producen por sí solas nuevas especies, sino que aumentan la variabilidad de las existentes.

El azar también representa un papel importante en la evolución; por ejemplo, cuando unos pocos individuos sobreviven aleatoriamente (es decir, solo por su buena suerte) a una catástrofe ecológica que diezma los efectivos de su especie, o cuando unos pocos individuos son transportados pasivamente por las fuerzas de la naturaleza (el viento, los ríos o las corrientes marinas) para fundar un nueva población. Las características de estos individuos seleccionados por el azar podrían no ser las más frecuentes en la población original y, sin embargo, son el punto de partida de la evolución posterior. 



Juan Luís Arsuaga e Ignacio Martínez