lunes, 24 de febrero de 2014

El giro de Merkel

El PAÍS, 31-01-2014
@el_pais: El giro de Merkel: http://elpais.com/elpais/2014/01/30/opinion/1391112959_088731.html

La democristiana Angela Merkel escenificó el miércoles el inicio de un nuevo mandato con música socialdemócrata. Y lo hizo defendiendo en el Bundestag una serie de reformas que introducen un giro social en la política alemana. La coalición con el SPD la obliga a ello, pero la canciller defendió las medidas —que elevan considerablemente el gasto público— con el mismo ardor con el que preconiza la austeridad para los socios europeos.

El paquete de reformas incluye la reducción de la edad de la jubilación de los 67 años a los 63 para quienes hayan cotizado durante 45 años, lo que supondrá un coste adicional de 160.000 millones de euros en los próximos 15 años. Aumentarán las ayudas para madres y para las pensiones más bajas —algo ya previsto en el programa de la CDU— y se introducirá un salario mínimo de 8,50 euros la hora. Además, el Gobierno quiere imponer una cuota femenina del 30% en los consejos de administración de las empresas que cotizan en Bolsa.

Da la impresión de que los socialdemócratas de Sigmar Gabriel —vicecanciller y superministro de Economía y Energía— están marcando el camino, pero Merkel —que en las negociaciones para formar Gobierno neutralizó las propuestas fiscales del SPD— no se muestra en absoluto incómoda con el nuevo rumbo. Más allá de su cintura política, la canciller sabe que la popularidad de estas medidas compensa las críticas de la patronal, de parte de la CDU e incluso del excanciller socialdemócrata Gerhard Schröder, que en 2003 capitaneó las reformas que sentaron las bases del espectacular crecimiento alemán, pero que hundieron en las urnas a su partido.

Webconferencia

lunes, 17 de febrero de 2014

El silencio de Rouco

La Iglesia católica se define tanto por lo que defiende como por lo que calla. El reciente informe del Comité de los Derechos del Niño de la ONU, que ha acusado al Vaticano de seguir transigiendo y avalando con su silencio cómplice la pederastia no solo se centra en los abusos sexuales; también en otros asuntos igualmente graves; alguno de ellos con claro carácter español. “La Comisión”, dice el informe, “deplora que miles de niños hayan sido arrebatados a sus madres por la fuerza por congregaciones católicas en varios países para después ser enviados a orfanatos o entregados en adopción a otros padres, como fue el caso importante en España y en las lavanderías irlandesas de Magdalena” (…) “La Santa Sede no ha abierto una investigación interna sobre estos casos y no tomó ninguna acción contra sus responsables”.

La plataforma de afectados por los robos de niños en España siempre ha echado en falta un pronunciamiento de los obispos españoles por este escándalo, habida cuenta de que hubo instituciones y religiosos implicados y que el juez imputó a la ya fallecida sor María Gómez Valbuena. El presidente de la Conferencia Episcopal, Antonio María Rouco Varela, y sus portavoces eluden siquiera pronunciarse sobre un asunto tan grave que solo ahora se ha destapado públicamente. Ellos que tanto se preocupan por el relativismo moral de la sociedad, no tienen nada que decir sobre unos delitos que han dejado un reguero de víctimas que buscan la verdad y la reparación.

El informe de la ONU es a nivel global una denuncia de grueso calibre, porque acusa a la Iglesia católica de incumplir derechos humanos suscritos por la propia Santa Sede en convenios internacionales. La lista es larga: no solo se encubre a los abusadores sexuales, sino que el derecho canónico no protege a los niños de la violencia y sigue haciendo una clara distinción con los hijos nacidos fuera del matrimonio; con su actitud general la Iglesia estigmatiza la homosexualidad, mantiene los estereotipos sexistas en sus libros de texto, arrebata la identidad a los hijos de los sacerdotes, sigue tolerando los castigos físicos en algunas instituciones, no investiga el tormento que sufrieron cientos de niñas irlandesas en las lavanderías Magdalena —donde eran explotadas laboralmente y sometidas a abusos (entre otros suplicios)— y, en general, no invierte en formar a los suyos en valores que pongan fin a tanto infierno infantil.

El papa Francisco ha creado un grupo de trabajo para tomar medidas conducentes a “estar siempre del lado de los niños”. Frente al informe de la ONU, el exsecretario de Estado vaticano Tarcisio Bertone ha pedido paciencia. Indudablemente, la tarea de Francisco llevará tiempo porque es titánica. El mal corroe la institución y está bien enquistado. Pero la paciencia tiene un límite y en España la jerarquía católica es especialmente refractaria al revisionismo. Mantener a Rouco, ciertamente a punto de jubilarse, avalar a una Conferencia Episcopal obsesionada con participar en política con el aborto o nombrar cardenal a Fernando Sebastián, que cree que hay que curar la homosexualidad, no es la mejor señal para la paciencia sobre una institución todavía tan influyente.

Gabriel Cañas
EL PAÍS, 9-02-2014
http://sociedad.elpais.com/sociedad/2014/02/09/actualidad/1391979597_415146.html
Webconferencia

lunes, 10 de febrero de 2014

Verdadero, falso


A los establecimientos comerciales les preocupa mucho que les pasen billetes de 50 euros falsos, como si el dinero auténtico fuera verdadero. El corralito argentino no fue sino el descubrimiento de que un tercio o más del dinero auténtico era falso. Es lo que ha venido a demostrar también la reciente devaluación del peso. Cada billete de curso legal llevaba dentro de sí un 25% de mentira. Da pena descubrir que lo genuino puede ser ficticio, pero es así de toda la vida. El mismo Picasso pintaba picassosfalsos. Si nos atenemos a la lógica clásica, eran verdaderos, pero la economía financiera ha puesto todo patas arriba. Loewe, Lewis o Rolex deberían tomar ejemplo del Estado y comenzar, si no lo han hecho ya, a fabricar sus propias imitaciones. La banca es la inventora de ese auténtico cheque al portador falso conocido como participaciones preferentes. La delincuencia, decía un personaje de Le Carré, es demasiado importante para dejarla en manos de los delincuentes.
Los falsificadores tienen mucho mérito porque creen que todavía es posible hacer dinero falso, cuando el dinero falso lo fabrican los bancos centrales y los especuladores autorizados. El otro día, la Bolsa se fue al carajo por el problema de los pesos argentinos. Estamos hablando de pesos argentinos verdaderos que, como algunos cuadros del propio Picasso, resultaron ser una burda copia de sí mismos. A veces me pregunto si escribir novelas, en la actualidad, no tiene algo de ese afán inútil del viejo falsificador de dólares o pasaportes. Para qué inventar historias cuando la historia se convierte en una invención. El dinero verdadero no sabe que es falso. El falso, en cambio, tiene serias dudas acerca de sí mismo, dudas que lo hacen más real, más honesto, más deseable incluso que el de la Casa de la Moneda. Todo lo verdadero apesta ya a falso.
Juan José Millás

lunes, 3 de febrero de 2014

El eclipse

Nos metimos las manos en los bolsillos, sin querer, y la frente sintió el fino aleteo de la sombra fresca, igual que cuando se entra en un pinar espeso. Las gallinas se fueron recogiendo en su escalera amparada, una a una. Alrededor, el campo enlutó su verde, cual si el velo morado del altar mayor lo cobijase. Se vio, blanco, el mar lejano, y algunas estrellas lucieron, pálidas. ¡Cómo iban trocando blancura por blancura las azoteas ! Los que estábamos en ellas nos gritábamos cosas de ingenio mejor o peor, pequeños y oscuros en aquel silencio reducido del eclipse.
Mirábamos el sol con todo: con los gemelos de teatro, con el anteojo de larga vista, con una botella, con un cristal ahumado; y desde todas partes: desde el mirador, desde la escalera del corral, desde la ventana del granero, desde la cancela del patio, por sus cristales granas y azules...
Al ocultarse el sol que, un momento antes, todo lo hacía dos, tres, cien veces más grande y mejor con sus complicaciones de luz y oro, todo, sin la transición larga del crepúsculo, lo dejaba solo y pobre, como si hubiera cambiado onzas primero y luego plata por cobre. Era el pueblo como un perro chico, mohoso y ya sin cambio. ¡ Qué tristes y qué pequeñas las calles, las plazas, las torre, los caminos de los montes !
Platero parecía, allá en el corral, un burro menos verdadero, diferente y recortado; otro burro...
"Platero y yo", 1914.
Juan Ramón Jiménez.
 La lectura de Ana

lunes, 13 de enero de 2014

Qué asco

Dicen que los deseos son peligrosos, porque a veces se cumplen. Aunque los míos parecen exentos de cualquier probabilidad de éxito, voy a arriesgarme. Espero de 2014 que no se parezca a 2013, aunque por mucho que me esfuerzo, no logro convocar la fe suficiente para desear con convicción. Es curioso, pero al final de un largo año de desdichas, de injusticias, de escándalos y rabia estéril, un solo acontecimiento, la reforma de la ley del aborto, ha logrado aniquilarme.

Los seres humanos somos tiempo, fruto de un lugar, pero sobre todo de una época. Y en la que me ha tocado vivir, la situación por la que estamos atravesando era impensable. Por eso, en la herencia amarga del año que se va, la última puñalada es la que más duele. Creíamos que nos enfrentábamos a una crisis económica insólita, una situación propia de un tiempo nuevo, un presente peor para un futuro por descubrir, y resulta que era mentira. Por el último resquicio de 2013, se ha colado lo malo conocido, el viejo y pestilente aroma de la represión, la caspa polvorienta de la España nacionalcatólica, el puritanismo dogmático de los padres de la patria que usurpan nuestra voluntad, nos expropian el cuerpo por nuestro bien, y condenan a las mujeres —esas sentinas de todos los vicios— a ser desgraciadas por la eterna salvación de sus almas.

Qué asco. Qué ganas de vomitar sobre la herencia maldita de la patria inmortal a la que pertenece el señor ministro de Justicia. Qué pena de ilusión perdida, el sueño alimentado con tanto esfuerzo, durante tantos años, por tantas personas admirables condenadas a sufrir en vano doblemente, entonces y ahora. Se ha pinchado la burbuja, hemos caído al suelo y nos hemos roto todos los huesos. Así, maltrecha y furiosa, les deseo un feliz Año Nuevo. Solo lo será si logramos volver a respirar en este país de todos los demonios.

Almudena Grandes
EL PAÍS, 30-12-2013

lunes, 16 de diciembre de 2013

Sin grandeza

A estas alturas el desdén que gran parte de la sociedad catalana siente por España ha sido ganado a pulso por la política del Estado, cuya rudeza extremadamente torpe se ha visto agravada durante años por una barra mediática de extrema derecha, que no ha cesado de soliviantar los ánimos con el desprecio y los exabruptos viscerales contra Cataluña. De hecho, el exacerbado nacionalismo español se ha convertido en una fábrica generosa de separatistas catalanes, los cuales desde su lado acaban de tensar la cuerda hasta llegar a un punto de no retorno. Llevado por la propia mitología histórica, no exenta de una fiebre independentista en su fase erótica, el Gobierno de Cataluña acaba de envidar muy duro. Ha señalado la fecha para un refrendo o consulta sobre su futuro, con el horizonte de un nuevo Estado catalán independiente. Para volar alto se requiere que las alas encuentren la resistencia del aire y ante este desafío ahora mismo el presidente Rajoy, en medio de este infausto ruedo ibérico, imita a un don Tancredo enharinado sobre un pedestal. Este inmovilismo puede acrecentar la crispación hasta arrastrar a todo el país al acantilado. El Gobierno del Partido Popular ha conseguido arduamente que la palabra España en boca de la mayoría de los jóvenes catalanes sea una expresión tiñosa, porque el problema básico consiste en que el Estado español carece de prestigio. No tiene estadistas con grandeza y visión histórica, sino políticos ratoneros, cuando no corruptos hasta el hueso, especialistas en contar votos como las abuelas de antaño contaban habas en la cocina. Tampoco al Estado le asisten intelectuales sólidos, historiadores fiables, sociólogos y analistas políticos de altura que desde Madrid establezcan un criterio imbatible en esta polémica. Si este envite no se resuelve mediante el diálogo y no se impone el buen sentido por ambos bandos, el resultado va a ser una gran depresión de cuya melancolía pueden florecer las flores negras de la violencia. Jóvenes catalanes serán cebados con las palabras sagradas y a veces venenosas, patria, tierra, libertad, que suelen llevar al fanatismo de la dinamita. Primero a la dinamita como crítica de la razón pura, poco después como crítica de la razón práctica. Hay que evitar ese bucle maldito a toda costa.



lunes, 9 de diciembre de 2013

África cierra página

África cierra página
EL PAÍS, 6-12-2013
Editorial.
Hace tiempo que los sudafricanos habían asumido que algún día tendrían que dar el adiós definitivo a Nelson Mandela, a fuerza de contemplar en sus repetidas hospitalizaciones la absoluta fragilidad física y el ensimismamiento del hombre que construyó una nación desde las cenizas del apartheid. Con ese momento, aquel en que Madiba, al borde de los 95 años, ha ganado en paz el descanso final, ha llegado para Sudáfrica la hora crítica de aprender a vivir sin la figura paterna, sin el mentor y referente que Mandela seguía siendo, pese a llevar casi una década alejado de la vida pública, en la modesta casa de su terruño.
No se cambia la suerte de un país y se influye decisivamente en la percepción que todo un continente tiene de sí mismo sin estar hecho de una pasta especial. Los ingredientes más relevantes de la del antiguo guerrillero, que se convirtió en 1994 en el primer presidente negro de Sudáfrica después de pasar casi treinta años en prisión, fueron su magnanimidad y su paciente cultura del compromiso. Actitudes decisivas ambas para evitar el baño de sangre que todos presagiaban y hacer en su lugar un país que ha iluminado al resto del África negra. Un país donde, bajo su liderazgo, la mayoría supo esperar pacientemente el momento de asumir el lugar que le correspondía en la historia.
La Sudáfrica que despide a Mandela, sin embargo, se aleja peligrosamente del ejemplo fundacional. De sus herederos políticos han desaparecido el fulgor y la superioridad moral que acompañaron los años en que Mandela, como primer presidente de todos los sudafricanos, se dedicó a reconciliar sin agravios a una nación radicalmente dividida entre blancos y negros. En su lugar, sucesivos presidentes, dirigentes todos de un partido, el Congreso Nacional Africano (ANC), que comenzó como legendario movimiento de liberación, van camino de convertir a la República Sudafricana en un polvorín de destino incierto. Se trate de la trágica ignorancia de Thabo Mbeki, que permitió la muerte de millones de personas por considerar que el sida venía a ser una invención del colonialismo blanco; o de la probada corrupción y autoritarismo de Jacob Zuma, actual jefe del Estado, que presumiblemente logrará repetir mandato en las elecciones del año próximo.
[...]
Nelson Mandela, aposentado definitivamente en el mito, se ha despedido quedamente, como vivió, tras devolver la dignidad a Sudáfrica. Corresponde al conjunto de sus compatriotas, no solo a sus supuestos herederos doctrinales, mantener su gigantesco legado e impedir el secuestro del sueño que apadrinó.